¿Disidentes políticos o terroristas? - términos que se usan corrientemente como si fueran sinónimos
"AMPLIACIÓN DE INDAGATORIA"
Sr. Juez a cargo del Juzgado en lo Criminal y Correccional
Federal Nº 4 de Capital Federal
Dr. Jorge Luis Ballester
Juan Antonio del Cerro, titular de la M.I. 4.558.078, procesado en la causa Nº 8686/00 del registro de ese Juzgado Federal, se presenta ante V.S. y dice que:
Tal como se convino con V.S. durante la indagatoria realizada el día 13 del corriente mientras permanecía internado en el Hospital Vélez Sarsfield de esta Capital Federal, acto que debió ser interrumpido a raíz de que sufrí un dolor precordial que no me permitió en ese momento continuar con el mismo, otorgándoseme el derecho de ampliar por escrito, es que vengo por la presente a realizar una ampliación de mi declaración indagatoria.
A tal efecto manifiesto que ante la imputación de que presuntamente cometí un delito en contra de perseguidos políticos, deseo aclarar algunos términos que se usan corrientemente como si fueran sinónimos, y que creo se confunden deliberadamente:
¨Disidente
político¨ es aquel que disiente, entendiendo por disidencia "un
desacuerdo de opiniones" y por disentir "separarse de una
costumbre o conducta general"; en el caso anterior de una idea
política.
¨Perseguido
político¨ es aquel a quien se sigue procurando alcanzarlo y
solicitarlo con insistencia o molestia para conseguir algo de él (cambio de
opiniones políticas, de actitud, etc.).
¨Guerrillero¨,
por su parte, es quien lucha en la guerra hostigando al enemigo, debido a su
propia incapacidad de enfrentarlo abierta y francamente. Ataca a
combatientes y objetivos militares de un tercer país o del propio en las
luchas civiles. Lleva las armas a la vista y se distingue del simple civil
(tiene uniforme); combate de acuerdo con los usos y costumbres de la guerra.
Según los Acuerdos de Ginebra de 1949 se lo considera combatiente y por lo
tanto, tiene derecho al tratamiento de prisionero de guerra.
"Terrorista¨ es quien utiliza sistemáticamente la muerte y destrucción, así como la amenaza de su recurso para aterrorizar a individuos, grupos, comunidades o gobiernos y forzarlos a hacer concesiones en beneficio de sus objetivos.
El terrorista ataca en tiempos de paz y en cualquier lugar a gente inocente, desprevenida, usando métodos tales como el secuestro de personas o de aviones, asesinatos múltiples o magnicidas, atentados, copamiento de unidades militares y cuarteles de policía y realiza ejecuciones individuales de integrantes de las fuerzas armadas, fuerzas policiales y de seguridad, a quienes "recupera" (roba) su armamento, etc. Su claro objetivo es sembrar el terror entre la población; no respeta situaciones ni lugares y no discrimina con tal de producir la mayor cantidad de muertes y daños contra quien considera su enemigo. Actúa ocultando su condición, mimetizándose con la población para lograr impunidad al confundirse en ella.
José
Martí fue un perseguido político.
Mandela,
Güemes y tantos otros que lucharon por la independencia de sus países,
fueron guerrilleros.
Los Montoneros y el ERP son terroristas.
Robespierre, Stalin, Hitler, Mussolini, Fidel Castro, emplearon el terrorismo de Estado. Esto no debe confundirse con la acción de los gobiernos que en defensa de sus pueblos combatieron y combaten el terrorismo.
Al analizar esta lucha debe tenerse en cuenta que el terrorista tiene una decisiva ventaja: prescinde de toda ética en sus ataques y se oculta dentro de la misma población civil que pretende aterrorizar.
El contexto de la situación que se está aquí discutiendo se encuadra dentro de la guerra revolucionaria y acción terrorista acaecida en nuestro país y desencadenada por las organizaciones terroristas. A tal fin me remito a la apreciación de la H. Cámara Federal de la Capital Federal que surge de la sentencia a los ex comandantes, integrantes de la Junta Militar de Gobierno durante el Proceso de Reorganización Nacional (Causa 13) y que afirma que ¨el terrorismo, como fenómeno delictivo, asoló al país en las décadas de 1960 y se agudizó en 1970 en forma gravísima por la metodología empleada por las organizaciones terroristas, por su estructura militar y su capacidad ofensiva, sus recursos económicos, su infraestructura y porque su organización celular les permitía actuar con impunidad y realizar atentados contando con el elemento sorpresa como un factor que, además, aterrorizaba a la población¨.
También afirma la Cámara que ¨el accionar terrorista constituyó una agresión contra la sociedad argentina y el Estado, que esta agresión fue emprendida sin derecho, y que el Estado debía reaccionar para evitar que el crecimiento del accionar terrorista hiciese peligrar la estabilidad de las instituciones¨. Como prueba de mis dichos en este punto, adjunto el Anexo I, donde se citan fragmentos de la sentencia mencionada y otros fragmentos textuales de documentos o publicaciones originadas por miembros del PRT-ERP y la Organización terrorista Montoneros.
Retomando el tema de que los delitos presuntamente cometidos lo fueron contra "perseguidos políticos", las propias palabras de los miembros de las organizaciones terroristas PRT-ERP y Montoneros, encuadran su accionar como el de un ejército revolucionario y justifican la metodología terrorista.
Los estatutos del Partido Revolucionario de los Trabajadores (cuyo brazo armado era el ERP), establecían que el Partido impulsaba la concepción leninista de la revolución, la cual consideraba desde una concepción marxista y desde la experiencia de la lucha revolucionaria universal, que debía oponerse al frente del imperialismo el frente mundial de la revolución. (Anexo I: L.Mattini - Hombres y Mujeres del PRT-ERP).
Cuando el 5º Congreso del PRT (Partido Revolucionario de los Trabajadores) fue realizado a fines de julio de 1970 (a cinco años de su fundación) por la Regional Rosario de esa organización terrorista, asistieron los 30 delegados representantes de las regionales: Tucumán, Salta, Santiago del Estero, Santa Fe, Chaco, Córdoba, Rosario, Buenos Aires y Capital Federal.
A este Congreso, cuyo resultado más importante fue la creación del Ejército Revolucionario del Pueblo, concurrieron entre otros:
Mario
Santucho, Asdrúbal Santucho, Ana María Villarreal de Santucho,
Luis
Pujals, César Cervato, Rubén Pedro Bonet, Osvaldo Debenedetti,
Clarisa
Leaplace, Gorriarán Merlo, Benito Urteaga, Carlos Molina,
McDonald,
Antonio Fernández, Joe Baxter, Domingo Mena,
Mauro
Gómez, Guillermo Pérez, Luis Almirón y
Arnold Kremer (alias Luis Mattini) quien, más tarde, reemplazó a Santucho en la conducción del ERP cuando éste fue abatido en un enfrentamiento.
En ese momento, el Congreso consideraba que la guerra sería prolongada y se desarrollaría con una primera etapa de guerra civil revolucionaria para pasar posteriormente a una guerra nacional patriótica en el momento en que interviniesen "las tropas imperialistas" , es decir el Ejército nacional.
Esto cobra sentido cuando se considera el plan de Moscú y La Habana para integrar a América Latina en la revolución marxista-leninista. Al cerrar La Tricontinental de La Habana - Primera Conferencia de Solidaridad de los Pueblos de Asia, África y América Latina - Fidel Castro consideró que en muchas naciones americanas ya estaban dadas las condiciones para la lucha armada revolucionaria; y creía que esta lucha asumiría las formas más violentas.
El viaje a Cuba de Santucho en 1971 acercó al PRT al Movimiento Comunista Internacional y sirvió para los primeros contactos con el Movimiento de Liberación Nacional del Uruguay (Tupamaros). Intentaban coordinar la lucha por la liberación de Latinoamérica en un nivel regional, y para tal fin ya habían hecho contactos con el MIR chileno y el Ejército de Liberación Nacional de Bolivia (ELN).
Las tratativas siguieron hasta el año siguiente, cuando se realizó la primera reunión de fundación de la JCR (Junta de Coordinación Revolucionaria). El PRT se integraba al sistema mundial de guerra revolucionaria y acción subversiva mundial irradiado desde Moscú y Pekín, con el objeto de enfrentar y combatir al "imperialismo". Así lo prueba la llegada al país de un dirigente de la Liga Comunista Francesa, miembro del Secretariado Ejecutivo de la IV Internacional, que usaba el nombre militante de Sandor para entrevistarse con Santucho.
Por ese entonces, el ERP 22 de Agosto realizó varias acciones terroristas entre las que estuvieron una operación militar sobre un puesto de control de la Policía Federal en la Avenida General Paz y el asesinato (los miembros del ERP lo llaman "ejecución") del Contraalmirante Hermes Quijada. (Anexo I, L.Mattini - Hombres y Mujeres del PRT-ERP). Es decir, que el accionar del PRT-ERP se inscribía dentro de un plan mundial de lucha revolucionaria y no se sustentaba en el accionar de "disidentes" o "perseguidos" por opinar de modo distinto del gobierno constitucional de turno.
Como consecuencia de La Tricontinental, las delegaciones de América Latina acordaron fundar la OLAS (Organización Latinoamericana de Solidaridad) con sede en La Habana, que tenía objetivos similares: unir, coordinar y fomentar la lucha "popular" en Asia, África y América Latina contra el imperialismo y el colonialismo, entendiendo que, como Moscú no reconocía ni Tercera Posición ni países No Alineados, los países que no eran comunistas estaban controlados por el imperialismo occidental y, por lo tanto, constituían el "enemigo". Entre ellos estaba y está la Argentina. Por eso los delegados de la OLAS decidieron utilizar los medios a su alcance para apoyar activamente los Movimientos de Liberación Nacional en todos los países.
Los medios de apoyo serían organizar la metodología de la violencia terrorista ("guerra revolucionaria") encarada por los Partidos Comunistas y Movimientos de Liberación Nacional locales y/o mundiales. Recibirían apoyo incondicional de sus pares internacionales; en caso de que los integrantes de estos movimientos tuvieran que desplazarse fuera de su país, serían alojados, auxiliados y protegidos.
Por su parte, la Organización terrorista Montoneros, tipifica también su accionar como ¨propio y característico de la "guerra integral" en el contexto de la guerra de liberación popular y prolongada en la que estaban empeñados¨. (Anexo 1, artículo de la revista Evita montonera, Nº 2 de enero/febrero de 1975).
Montoneros organizó su ejército sobre la base de las primeras organizaciones armadas, para encarar la lucha por el poder; instituye, además, ´Unidades Básicas Revolucionarias´ para realizar tareas de información, comunicación y propaganda que sirvieran de apoyo a las Unidades Básicas de Combate.
Esta tarea de información, comunicación y propaganda fue realizada efectivamente por Unidades Básicas (Comités) a cargo de la Juventud Peronista y agrupaciones de Montoneros, tales como:
Cristianos
para la Liberación (CPL),
Frente
de Lisiados Peronistas (FLP),
Movimiento
Villero Peronista (MVP),
Unión
de Estudiantes Secundarios (UES),
Juventud Universitaria Peronista (JUP), entre otros.
En este punto solicito para corroborar lo que digo, se agreguen a la instrucción de la presente causa como pruebas documentales de lo antedicho el Manual del Miliciano y el último Libro de Instrucción editado por la Secretaría Nacional de Prensa y Propaganda de la Org. terrorista Montoneros, agregados ya como prueba en la Causa 4821 del Juzgado Federal Nº 6 instruida por el Dr. Pons.
Los movimientos mencionados no eran, entonces, movimientos políticos integrados por disidentes ni por perseguidos políticos, sino estructuras orgánicas de la Organización terrorista Montoneros, más precisamente insertos dentro del Departamento Frentes de las diferentes Secretarías Generales Zonales de la mencionada Organización terrorista.
Así, como resultado de la prédica de los sacerdotes tercermundistas (movimiento que se formó días después de la reunión de la OLAS), muchos jóvenes cristianos fueron incitados a tomar las armas para hacer la "revolución violenta". También algunos sacerdotes optaron por el terrorismo, baste recordar el caso de Camilo Torres, de Adur y Yaccuzzi.
La Organización terrorista Montoneros tenía una estructura de cuadros militares más tales formaciones de base. Cada conflicto tenía un frente sociopolítico armado que era parte de la Tendencia Revolucionaria (estructura política visible de Montoneros). El objetivo de estas formaciones, era brindar apoyo logístico y operacional al aparato militar de la Organización terrorista Montoneros.
Muchos de sus integrantes tenían el carácter de "elementos de superficie", es decir no estaban todos clandestinos (por clandestinos debe entenderse: prófugos, con identidad encubierta, con documentos falsos, etc.). Los elementos de superficie permitían brindar: "casas seguras" que funcionaban como postas sanitarias, depósitos de armas y explosivos, lugar físico para desconcentración de armamento y cambio de vestimenta de los elementos terroristas que participaban en una operación militar.
Recuérdese que todos los elementos de la Organización tenían su lugar y su función en esta lucha:
los activistas y los militantes de base darían la cara para encubrir a los combatientes clandestinos;
ellos organizarían y facilitarían la red de depósitos y refugios necesarios para el desarrollo de las tareas armadas.
Los más preparados y decididos se incorporarían a las Unidades de Combate a medida que se fueran produciendo bajas en el aparato militar.
Al respecto cito como prueba en el Anexo 1, extractos del libro "Galimberti", de Marcelo Larraquy y Roberto Caballero, donde se muestra cómo para la conducción de sus hombres Galimberti utilizaba parámetros propios de una organización militar en el frente de combate, donde una deserción frente al enemigo es motivo de ejecución sumaria por parte del superior a cargo. También se explica allí el papel que jugaba una ´base-casa operativa´ - proveedora de asilo - en una operación militar de la Organización.
La Organización terrorista Montoneros consiguió infiltrar a su gente en todos los estratos políticos y sociales; también en los organismos militares y fuerzas policiales y de seguridad; era una forma de controlar, de saber lo que estaba sucediendo y prevenirse, sabotear o apoyar desde adentro operaciones militares que la Organización planeaba y ejecutaba, por ejemplo:
la entrega del Comando de Sanidad del Ejército Argentino por el soldado dragoneante Invernizzi (ERP);
el Regimiento 29 de Infantería de Monte de Formosa;
las bombas a Seguridad Federal y a Planeamiento.
Así, en abril/mayo de 1975, Carlos Lebrón y Julio Urien ex oficiales de la Armada Argentina que fueron dados de baja junto con otros por pertenecer a la Organización terrorista Montoneros, escribieron y difundieron el Manual del Ejército Montonero. Este manual incluía información para entrenar militarmente a los componentes del Ejército Montonero cuyo desarrollo y crecimiento consideraban fundamental para enfrentar a las Fuerzas Armadas.
En 1976, ERP, Montoneros y la Organización Comunista Poder Obrero (OCPO) decidieron formar una sola organización armada llamada O.L.A. (Organización para la Liberación de Argentina). Esta debía disponer de un Estado Mayor Conjunto, otra vez la organización según parámetros militares: un ejército y no "simpatizantes", "adherentes", "disidentes" o "perseguidos políticos".
Querían constituir el "Movimiento de Liberación Nacional" y más adelante, reunirse en un solo Ejército Revolucionario. Santucho debería asilarse en Cuba, por razones de seguridad; Cuba podría actuar como "retaguardia" de la Organización. Debía firmar con Firmenich y miembros de la OCPO la constitución formal de la OLA el 19 de julio de 1976.
El día anterior, Santucho, Urteaga, Mena y Kremer (Luis Mattini), se reunieron para establecer las tareas del primero en Cuba: afianzar los lazos con los partidos revolucionarios con los que el PRT mantenía relaciones, extender su amistad a otros (sobre todo al Movimiento Comunista Internacional) y también debía recorrer los países en donde hubiera posibilidades de recibir entrenamiento militar para sus combatientes.
Mientras tanto, las organizaciones terroristas avanzaban en su accionar dentro del país, en operaciones de inteligencia y militares (sabotajes, asesinatos, copamiento de cuarteles, etc.).
A tal efecto doy un ejemplo que es importante desarrollar porque tiene como principal protagonista a mi querellante, el presidente del CELS, Horacio Verbitzky. Como manifesté anteriormente, era el Segundo Jefe de la Secretaría de Inteligencia Militar Nacional de la Organización terrorista Montoneros, ostentando el grado de Capitán del Ejército Montonero y utilizando como nombre de guerra "Marcos" o "Larguirucho". Por ese entonces, Verbitzky y Rodolfo Walsh , quien era Secretario de Inteligencia Nacional de la Organización terrorista Montoneros, con el grado de Capitán del Ejército Montonero y nombre de guerra "Esteban" o "Profesor Neurus", se alojaban juntos.
Es de hacer notar que Horacio Verbitzky fue uno de los firmantes del acuerdo con la O.L.P. para entrenar elementos de la Organización terrorista Montoneros en sus campamentos del Líbano y Siria.
Los elementos terroristas allí entrenados eran reingresados a la Argentina como Tropa Especial de Infantería – TEI, a las órdenes de Raúl Clemente Yaguer (Secretario Militar Internacional del Ejército Montonero) junto con Horacio Mendizábal (a cargo de Operaciones Especiales del Ejército montonero).
Cabe destacar que en la Organización terrorista Montoneros hubo hombres que, por las tareas específicas que desarrollaron en el ámbito nacional e internacional tanto en Logística Financiera como en Inteligencia militar, fueron muy protegidos por la Organización. Sus actividades fueron reservadas en el máximo secreto por la conducción montonera y desconocidas para la mayoría de sus compañeros. Tal es el caso de:
Mario
Montoto (importante ejecutivo de Trainment Ciccone Systems), que fue
contador de la Organización terrorista Montoneros, cuyos fondos manejaba, y
alter ego de Firmenich;
Carlos
Bettini Francese, quien llegó a ser Jefe de Gabinete del Ministro de
Justicia Jassan (N. de
la R.: ultimamente abogado personal de Verbitsky y dicen que contacto de
éste con los jueces que juzgan a militares).
Horacio Verbitzky, mi querellante.
En razón de sus funciones, vitales para la Organización, estos y otros nombres fueron preservados hasta las últimas consecuencias, manteniendo el "bajo perfil" frente al protagonismo de otros camaradas (como Galimberti) lo que les permitió conservar entera su imagen pública.
En este momento, la ofensiva de las organizaciones terroristas se encubre bajo el manto de la defensa de los derechos humanos e intenta eliminar a sus antiguos enemigos - militares, fuerzas de seguridad y policiales, políticos o pensadores - variando otra vez su "metodología de lucha": todos mis acusadores pertenecieron a una organización terrorista y son, por lo tanto, mis enemigos; así se consideran ellos mismos. Les comprenden, por lo tanto, las generales de la ley.
Los enjuiciamientos se originan a partir de denuncias de personas directamente implicadas, ya que son ex-terroristas o sus familiares directos y por lo tanto su objetividad y credibilidad son relativas, debido a las influencias ideológicas o emocionales que sufren.
Todo lo antedicho refleja el concepto de que las acciones que pudieron haberse tomado - y que niego haber cometido - no fueron hechas contra "perseguidos políticos".
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