Nota para publicar, sobre el incidente diplomático con la dictadura comunista cubana
"De la hipocresía al desparpajo"
por Emilio Guillermo Nani
Este artículo se motiva en la actitud de algunos personajes que, en su extremo descaro, han pasado de la hipocresía al desparpajo al salir a defender al régimen cubano, ante la posibilidad de que la Argentina vote, en las Organización de las Naciones Unidas, condenando la situación de los derechos humanos en Cuba.
Tanto el tirano y genocida Fidel Castro como el embajador cubano en Argentina ALEJANDRO GONZALEZ GALIANO, han tenido palabras agraviantes tanto para con el gobierno como para la Nación y sin embargo, no pocos han salido en defensa del más sanguinario de los regímenes instalados en Latinoamérica.
En un país que se precie de tal, el ataque de un embajador extranjero a su Canciller hubiera sido más que suficiente para retirarle el placet y expulsarlo sin más trámite. Pero parece que en el nuestro este tipo de ofensas, que son a la Nación en su conjunto y no a un ocasional funcionario, no es causa de reacción alguna como no sean las consabidas declamaciones.
¿Cómo es posible que tengan respeto por nosotros si quienes tienen la responsabilidad de llevar a cabo las políticas en ese sentido son incapaces de defender con ahínco el pundonor de la Patria?.
Parece ser que subalternos intereses ideológicos están por encima de la dignidad de nuestra Nación y es ante este tipo de hechos cuando los verdaderos enemigos de nuestra tierra, de la libertad y de la paz, muestran su real cara y, como nunca, cobra vigencia el viejo adagio del "dime con quien andas".
Hemos visto como Raúl Ricardo Alfonsín, atribuyéndose una autoridad que no tiene dado que no integra el Poder Ejecutivo Nacional, ha salido a decir que "en el Gobierno no queremos (sic) ser clientela cautiva de los Estados Unidos", alentando el voto abstencionista, alegando que "no hay que avivar este fuego porque Cuba y Argentina son dos pueblos amigos".
Yo no creo que Argentina pueda ser amiga de una nación que no sólo alentó sino que irradió el terrorismo en todo Latinoamérica, procurando convertir "la Cordillera de los Andes en una gran Sierra Maestra". Quienes tenemos memoria sabemos lo que le costó a nuestro país esa "amistad".
El ex - vicepresidente de la Nación Carlos Alvarez - que no tuvo coraje para cogobernar ahora, desde la comodidad que le da el no haber sabido asumir las responsabilidades para las cuales había sido electo, pretende confundir a la gente diciendo que votar condenando lo evidente, cual son las flagrantes violaciones a los derechos humanos en Cuba, sería un acto de "obsecuencia".
El ex embajador en Cuba Luis Santos Casale, haciendo gala de un cinismo descarado niega que en ese tiranizado país se violen los derechos humanos, reconociendo que sí se violan los derechos civiles, como si existiera alguna diferencia entre unos y otros.
El Premio Nobel de la Paz (???) Adolfo Pérez Esquivel, demostrando su postura ideológica, dijo que "la Argentina debe preservar su soberanía".
El periodista J. M. Pasquini Duran condena el bloqueo económico a un régimen que ha basado sus 42 años de existencia en un verdadero Terrorismo de Estado.
Posiciones similares han manifestado entre muchos otros - el Ministro de Interior y defensor de los terroristas de LA TABLADA, Federico Storani, el Secretario de Relaciones Internacionales de la UCR, Raúl Alconada Sempe, el Jefe del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires Aníbal Ibarra, los periodistas Martín Granovsky y Luis Bruschstein
Es decir que, para estos patéticos personajes, para no ser "obsecuentes" o "lamebotas de los EE.UU.", la Argentina debe abstenerse y no condenar las monstruosas violaciones a los derechos humanos en Cuba.
Todos ellos ahora se acuerdan de apelar a términos tales como soberanía o independencia, claro que no les importa resignarla por cuestiones de afinidad ideológica admitiendo y propugnando la intromisión de otros países en cuestiones internas de nuestro país, al reconocerles autoridad para juzgar a argentinos por supuestos delitos cometidos en nuestro territorio.
Ante estas actitudes ambivalentes es importante tener en cuenta que una Nación es total y absolutamente soberana o directamente no lo es.
Lo positivo de todo lo que está sucediendo es que sea en vísperas de un proceso electoral, dado que le permite a la gente conocer a quienes les otorgarán mandato para defender los intereses de la Patria.
Emilio Guillermo Nani
Teniente Coronel (R) Veterano de Guerra
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