"FORO DE LA VERDAD HISTÓRICA"

editado por la

"ASOCIACIÓN DE EXCOMBATIENTES CONTRA EL TERRORISMO EN LA ARGENTINA"

Este artículo fue publicado en "Notas y opiniones del país" del sitio "TRUE PEACE - EL TERRORISMO EN LA ARGENTINA"

"Poder militar, comparación argentino - pakistaní y obligado contrapunto"

Nota I: Grondona – Dirección de True Peace.

Un artículo sobre "el militarismo" en Pakistán y Argentina fue publicado en LA NACION de Buenos Aires, como producto de la estilizada pluma del conocido y discutido comentarista político Mariano Grondona.

A primera vista luce como otro más de sus interesantes análisis, pero una lectura algo más detenida induce varias inquietudes, entre ellas la de asistir a una comparación por demás forzada y poco fundamentada entre realidades políticas y culturales tan dispares, con una excesiva simplificación al describir situaciones tremendamente complejas .

Dadas las indiscutidas capacidades de análisis y síntesis de Grondona, junto con sus profundos conocimientos, nos surgen nuevamente las dudas de siempre sobre sus reales objetivos en la prédica que inicia desde 1989, cuando se separó de Bernardo Neustadt.

Desde allí evidencia un cambio copernicano en sus posiciones políticas. Ignoramos si es producto de una evolución personal o – como especulan algunas fuentes – es que trabaja para un lobby formador de opinión pública, al servicio de grupos social demócratas de los EEUU.

No nos consta y creemos que solo él debe saberlo. No lo afirmamos pero tampoco le damos el beneficio de la duda, ya que su nueva posición en contra de las Fuerzas Armadas argentinas es por demás coherente y constante, algo más que simple casualidad.

Dada la usual resonancia de sus dichos, en este particular tema del presunto "militarismo argentino", - tan cercano al eslogan autojustificativo de los Montoneros sobre el "partido militar" - pensamos que es por demás útil el cotejar sus opiniones con otras tres directa o indirectamente relacionadas, a saber:

¨ Nuestra opinión como sitio True Peace, recurriendo a ciudadanas vivencias propias y consultando a algunos militares argentinos amigos, de los que vivieron esas crisis como toda la sociedad argentina y además, no pocas veces, asumiendo sus responsabilidades desde trincheras de lucha real , con sus vidas en la balanza, con errores y aciertos.

¨ Un artículo que trata con mucha mayor profundidad la problemática militar argentina, del especialista Rosendo Fraga y también publicado en LA NACIÓN contemporaneamente. De su mera lectura surge la visión de algo más profundo y rico que el simple y esquemático concepto de un presunto "militarismo" en la Argentina de 1930 hasta nuestros días.

¨ Finalmente, otro artículo simultaneo en el mismo medio sobre el gobierno militar 76-83, escrito por el reconocido periodista José Claudio Escribano. Es crudo y honesto, en nada benévolo, inclusive hay algunos aspectos y matices que no compartimos; pero su valor reside en que esa dura crítica detalla una sucesión de hechos por demás complejos y ajenos al pretendido esquema de un "poder militar", mostrando a los militares desempeñando funciones políticas por muchos de ellos no deseadas y sin preparación, tan divididos en la emergencia como lo están habitualmente los políticos profesionales entre sí, muy lejos de ser ese pretendido "poder militar" monolítico.

Como método, hemos dividido la exposición del tema en tres notas separadas de publicación simultánea, cada una comienza con el escrito de Grondona seguido por el artículo del caso, en este el de True Peace.

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"Paquistán es nuestro ayer"

por Mariano Grondona"

En 1947 Paquistán obtuvo la independencia del Reino Unido bajo el liderazgo islámico de Jinnah, el padre de la patria.

En 1958, el general Ayub Khan precipitó el primer golpe de Estado. En 1965, Paquistán perdió una guerra con la India. En 1971, una nueva victoria de la India llevó a la secesión de Paquistán del Este, ahora llamado Bangladesh.

Lo que hasta ese momento era Paquistán del Oeste y ahora es simplemente Paquistán, obtuvo en ese año un gobierno electo con Zulfikar Bhutto, quien fue depuesto y ejecutado por el general Zia en 1977. En 1988, Zia murió en un dudoso accidente aéreo. La restauración democrática llevó al gobierno a Benazir Bhutto, hija del líder asesinado. En 1997 ganó las elecciones Nawaz Sharif, jefe de la oposición. La semana última, Sharif fue derrocado por el general Pervez Musharraf.

Es el cuento de nunca acabar. La inestabilidad política de esta nación de 140 millones de habitantes, sin embargo, tiene su lógica. La inestabilidad, en definitiva, es un "sistema".

Cuando narramos la historia de Paquistán en su medio siglo de vida independiente, saltan a la vista las semejanzas con lo que le pasó a la Argentina en otro medio siglo, de 1930 a 1983. El Paquistán de hoy es, en cierta forma, nuestro propio pasado.

Semejanzas

De 1947 hasta la fecha en Paquistán, de 1930 a 1983 entre nosotros, el poder estuvo en manos de los militares. El poder consiste en la capacidad de decidir quién gobierna. Tanto en la inestabilidad paquistaní como en la inestabilidad argentina, los gobiernos fueron a veces civiles y a veces militares. El poder siempre fue militar.

Pero el poder militar no nace en el vacío. Dos condiciones lo sustentan. Una, la existencia de hipótesis de guerra tan intensas que llevan a la militarización de la sociedad. La otra, una intolerancia tan profunda entre los partidos políticos que los induce a abusar de su ventaja cuando están en el gobierno y a llamar a los militares cuando están en la oposición.

Estas dos condiciones se cumplieron en la Argentina y se cumplen en Paquistán. Durante décadas, tres hipótesis de guerra justificaban entre nosotros un enorme despliegue militar.

La primera con Brasil, que llevó a Brasilia y a Buenos Aires a buscar la bomba atómica en loca carrera.

La segunda con Chile, que nos puso al borde de la guerra por el canal de Beagle a fines de 1978.

La tercera desembocó en la guerra de 1982 por las Malvinas.

Paquistán ha tenido cruentas guerras con la India, ese gigante de 1000 millones de habitantes con el cual compite, además, en el campo nuclear.

La intolerancia reinó entre nosotros, primero, con la animadversión entre conservadores y radicales que originó el golpe de 1930 y el fraude posterior. Después, con el odio entre el peronismo y el antiperonismo que generó los abusos autoritarios del primer Perón hasta 1955 y la proscripción del peronismo en los diez y ocho años que siguieron.

Al aplaudir el golpe de Musharraf, Benazir Bhutto acaba de mostrar que el odio político entre los rivales partidarios persiste en Paquistán.

Diferencias

Entre nosotros cesaron las condiciones externas que habían permitido el expansionismo militar.

Al lanzar el Mercosur en 1985, Alfonsín inició la integración con el Brasil que Menem profundizaría. Al ganar el plebiscito de 1984 que aseguró la cesión del Beagle a Chile, Alfonsín inició el camino que Menem completaría. Alfonsín renunció al uso de la fuerza en las Malvinas. El diálogo con los isleños se inició con Menem.

La Argentina ya no tiene hipótesis de guerra. Por eso Menem pudo derogar el servicio militar. En el campo interno, Perón y Balbín iniciaron la reconciliación entre peronistas y antiperonistas al fundar, en 1972, La Hora del Pueblo. Cuando el peronismo se volcó a las calles para defender a Alfonsín contra Rico en 1987, conocimos los frutos de la tolerancia.

En la Argentina ya no hay resquicios por donde pueda filtrarse el militarismo. Hasta que Paquistán no cierre las dos puertas de la guerra latente con la India y del odio entre sus líderes populares, será el cuento de nunca acabar".

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"Es que hubo un poder militar monolítico…?"

por la dirección de True Peace

Mariano Grondona narra una muy apretada síntesis de la corta historia de Paquistán luego de su independencia del Reino Unido, algo así como un catálogo de sus crisis política internas y guerras perdidas con la India.

A continuación intenta dibujar semejanzas con el período histórico de la Argentina de 1930 a 1983 y sostiene que ese pasado nuestro es en cierta forma el Paquistán de hoy.

Desde allí desarrolla un florido artículo, en el cual adjudica como factor principal de las calamidades internas y externas de ambos países a la presencia política de respectivos "poderes militares", los cuales a su vez se sustentarían en las intolerancias de los políticos que los convocan y en las "hipótesis de guerra" con los países vecinos, hipótesis que derivarían en la "militarización de las sociedades" y "enormes despliegues militares".

Respecto al caso argentino, menciona tres "hipótesis de guerra" de nuestro pasado:

· Una con Brasil, que nos habría llevado a ambos países a una "loca carrera por la bomba atómica".

· La segunda con Chile, culpable de habernos puesto al borde de la guerra en 1978.

· La tercera con el Reino Unido, que habría originado el conflicto del 82.

Luego expresa porqué cesaron, a su entender, las condiciones externas que habrían llevado a tal "expansionismo militar", a saber:

¨ lanzamiento por Alfonsín del Mercosur en 1985 (sic), luego profundizado por Menem’,

¨ plebiscito de 1984 que habría asegurado la "cesión del Beagle" a Chile(sic),camino que Menem completaría,

¨ renunciamiento de Alfonsín al uso de la fuerza en las Malvinas (sic) y diálogo con los isleños iniciado por Menem.

Con la debida consideración debemos expresar nuestra total divergencia con el artículo de Grondona, en particular con los aspectos arriba resumidos. Creemos que encierra varias falacias (construcciones lógicas a partir de premisas inexactas), tanto en la a todas luces absurda comparación entre las historias y realidades del Pakistán y la Argentina, como en la interpretación de los hechos acaecidos en ambos países.

Caso Pakistaní

Sus crisis y crónica inestabilidad política interna en el corto medio siglo de independencia, no se deben primariamente a los golpes militares (meros efectos, entre otros); reconocen como causas primarias el anterior período de siglo y medio de forzada colonización británica, y las secuelas de la traumática y debatida fijación de fronteras con la India al independizarse, causante de odios y conflictos, agravados por diferencias culturales, étnicas y de profundas raíces religiosas.

Sus guerras no se originan en los gobiernos militares ni en "hipótesis de conflicto", término técnico que solo implica el contar con planes alternativos para posibles contingencias, más allá de su grado de probabilidad o deseabilidad. Sería como sostener que los incendios se originan en los planes de defensa civil previstos para eventuales catástrofes, suprimámoslos y no habrá incendios.

Las guerras entre la India y Pakistán se originan en ancestrales diferencias y en definidos conflictos de intereses, aun no resueltos.

La República de la India es un ejemplo de democracia, a su manera y en su realidad, no estuvo ni está en manos de "poderes militares"; si embargo es el otro contendiente de estas guerras. Y también las sostuvo con la China, posee enormes fuerzas armadas e inclusive es una potencia nuclear, al igual que Pakistán.

La India no ha sufrido golpes militares pero han sido asesinados varios de sus renombrados líderes políticos, son frecuentes sus masacres internas por motivos varios, todos ajenos al "poder militar" y no siendo una "sociedad militarizada".

Como un ejercicio, analicemos a los responsables de los gobiernos nacionales de los países en pugna durante las dos últimas guerras mundiales, con 10 y 50 millones de muertos respectivamente. Eran casi todos civiles y legales; hasta el mismo Hitler, al cual repudiamos sin la menor duda, pero es de resaltar que era un civil y elegido legalmente por mayoría electoral.

Las realidades son mucho más complejas que los eslóganes de moda en determinados momentos.

Caso Argentino

Son una realidad de nuestra historia las revoluciones, pero no fueron solo militares sino siempre cívicas – militares, con participación no solo de políticos sino también de vastos sectores ciudadanos civiles y no comenzaron en 1930 sino mucho antes. En este último año la novedad fue que ocurrió la primera revolución triunfante de este siglo, luego de un largo lapso de estabilidad y progreso.

Coincidimos en cuanto mejor hubiera sido si no hubieran sucedido, en su mayoría, pero sus causas fueron mucho más complejas que la mera presencia de un presunto "poder militar" y de grupos de políticos intolerantes que los convocaban. Inclusive, algunas respondieron a problemas insoslayables, como la del 55 ante la absoluta vulneración de las libertades fundamentales básicas y la del 76 ante el evidente vacío de poder alguno ante la disolución del poder gobernante, el cual cayó por si solo.

Pero no existió nunca el tan pregonado y "monolítico poder militar". Hasta 1945 las FFAA eran tan solo dos y en la revolución del 30 intervino una minoría, además no eran los mismos los seguidores de Irigoyen que los del inmediato Justo.

Desde siempre hubo militares en diferentes posiciones, apartidarios en su mayoría y con sus preferencias ciudadanas según el esquema nacional de cada época, mitristas y roquistas, radicales y conservadores, peronistas y antiperonistas, azules y colorados, etc.

La política, divisoria por su lógica naturaleza, dividió a los militares al intervenir en su ejercicio, más que reforzar un jamás existente "poder militar", los dividió y debilitó profundamente como fuerza armada, fue el alto precio que pagaron por sus intervenciones, más allá de los casos que justifiquemos o no. Las subsiguientes notas de Rosendo Fraga y Escribano nos eximen de mayores comentarios al respecto, nos remitimos a sus dichos.

Lo expresado sobre las hipótesis de conflicto en el caso pakistaní, valen para el nuestro.

La casi guerra argentino - chilena del 78 respondió a un histórico y definido conflicto, no nació como algo prefabricado por una hipótesis, se jugaba una salida de 200 millas de zona económica exclusiva al Atlántico de Chile, contrariando el espíritu de fondo de todos los tratados del siglo pasado y como una imprevisible consecuencia de los nuevos conceptos de zonas económicas, nacidos a partir de los 50. Las tres pequeñas islas famosas, finalmente entregadas, eran un mero pretexto para tal salida. Cuando se acordó limitar a 28 millas la jurisdicción chilena desde ellas, se arregló el conflicto.

Otra cosa, un lapsus de tecleo Dr. Grondona, creemos que usted conoce cabalmente que el Canal Beagle jamás fue cedido a Chile (teoría de costa seca); tanto en el arbitraje rechazado como en el posterior acuerdo del 94, se asignó la mitad a cada país, desde la zona del Martillo hasta el meridiano límite cercano a Ushuaia.

Por demás exagerado nos suena el termino "expansionismo militar", tanto Brasil en su mayor envergadura, como Chile y Argentina, han sido siempre países ubicados entre los de más bajos niveles nacionales de gastos militares.

Desconocemos que Brasil y Argentina corrieran una loca (…por ser países chicos?) carrera tras una bomba atómica, sí hubo una política de desarrollo de tecnología nuclear en ambos países – no necesariamente dedicada a una bomba -, que fue discontinuada por nuestro país y aparentemente proseguida por el Brasil.

Dr. Grondona, creemos que usted conoce u oyó hablar del Dr. Camillion. Él, como embajador ante Brasil del Presidente Videla en los 70’, fue el primero en materializar pasos concretos de ese acercamiento hoy llamado Mercosur, un impulsor clave. Ello no desmerece los positivos pasos posteriores de Alfonsín y Menem, ni nos permite olvidar a sus primeros pioneros Frondizi y Kubitschek. No repitamos la inauguración del ferrocarril Roca electrificado - a pocos meses de asumir el gobierno civil a fines de 1983 u luego de años de labor - presentada en sociedad como "un fruto de la democracia".

Respecto al conflicto con Inglaterra, más allá de errores o bondades del fracasado intento de recuperación del 82, no nació de ninguna hipótesis conflictiva – es más ni existía y así nos fue -, su origen básico es que nos las robaron por la fuerza militar y las mantienen ilegalmente de igual forma. Y renunciamos a la fuerza por la simple evidencia de Perogrullo de la debilidad militar, no lo descubrió Alfonsín.

El tema de Rico en Semana Santa merece varias lecturas más serias. Por ejemplo:

¨ Su final incruento se debió al apoyo peronista en la plaza o a que su verdadero objetivo no era un golpe? El 95% de las FFAA no apoyaron la acción pero tampoco obedecieron la represión, de allí su triunfo en la bandera inicial de terminar con los ataques contra las instituciones militares.

¨ No fueron las intolerancias de varios políticos y el vedetismo de no pocos jueces, los corresponsables de esa casi tragedia?

¨ Hay muchas lecturas más, pero exceden esta nota.

Dr. Grondona, coincidimos en las virtudes de la estabilidad constitucional, el imperio de la ley y la concordia entre los argentinos, en cuya defensa se combatió al terrorismo. Pero para pregonarlo deberíamos mantener la verdad histórica, compleja, con errores y virtudes en todas las dirigencias argentinas.

Además, deberíamos recordar siempre que gracias a esa "institución Fuerzas Armadas" – prevista en la Constitución – no somos hoy otra Cuba tras una revolución marxista triunfante..

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